-¿Y
cómo lo sé?
Ahí te
estaba esperando yo, lector. Vamos a aprender una forma sencilla y barata de
determinar y limpiar si hay algo en casa que no vemos, que esté contribuyendo a
que todo salga para el culo. Es muy sencillo:
·
Paso uno: Determinar posibles causas
físicas naturales que ayuden al vampiro energético.
O sea, detectar humedades,
rincones sucios, con cúmulos de cosas guardadas sin mover hace tiempo. Es muy
importante no dejar estancar la energía mucho tiempo. Ni guardar cosas
inútiles. A ver, el artista plástico del fondo que se calle, que le estoy
oyendo protestar. Una cosa es tener un taller y guardar cosas que después
usaremos para nuestro arte, hierritos, tuercas, tarros, maderas y demás,
siempre y cuando estén guardadas con orden y concierto y además, las vayamos
renovando y moviendo, y otra, tener el tiradero cual síndrome de Diógenes. Eso
no ¿OK?. Bueno, eso controlado y está bien. Revisemos los armarios, y toda
prenda que no hayamos usado en pongamos, un año, démosle otro fin. Regalémosla
o hagamos trapos. Los recuerdos familiares y otras nostalgias, obviamente,
estarán exentas de este trato, no seamos inhumanos tampoco, sin pasarse. La
gran limpieza de primavera, más allá de saludable a nivel físico, tiene un gran
sentido mágico, y no digamos la gran hoguera de San Juan, donde se quemaban los
trastos inservibles, antes de que se inventasen esas carísimas fallas los valencianos.
Pero ese es otro tema, no nos desviemos.
La humedad es un tema realmente delicado, ya que es un perfecto caldo
de cultivo para la existencia de hongos, y ya hablamos de ellos en un artículo
anterior. Son los pequeños Renfield de Drácula, los servidores del Gran Maligno
que se esconde en tu rincón de mugre fría y húmeda. Es importante saber en qué
puntos de casa hay y mantenerlos a raya, limpiar seguido con lejía y no dejar
cerca cosas que incidan en la retención del vapor de agua. Son lugares donde debe
estar bien aireado y con fácil acceso de mantenimiento, o la lucha será más
complicada, imagina estar armando la gran revolución, saber que tienes un espía
y no fusilarlo. Pues no va.
·
Paso dos: Detección de Renfields.
Para ello nos serviremos de nuestro gran aliado, el limón. Sí, esos
gordos, fragantes y amarillos, de piel bien gorda. Tomaremos uno por cada pieza
de la casa, y los situaremos bajo las camas en caso de los dormitorios, y en
rincones donde ni se vean ni los toque nadie. En caso de que la cama sea baja,
lo más cerca posible de la cabeza de la persona que allí duerma. Si te los toca
el gato, no pasa nada, pero reubícalos si los mueve. Los dejaremos ahí unos
diez días y los dejamos actuar. Pasado ese tiempo, los iremos revisando. Si van
secando sin manchas, todo bien, que se queden ahí hasta que se pongan como una
piedra, luego los cambiaremos. En este caso, el limón se ha limitado a limpiar
de bacterias el ambiente y no pasa nada. Pero en caso de que esté formando
hongos, ya es otro cantar. Cuanto más verde y rápido sea el crecimiento, más
posibilidades tendremos de estar alojando un Gran Maligno. Ya sabes, a más
Renfields, pues más nivelazo de hijoputez tendrá tu Gran Maligno. Esto es así.
Así que tenemos campo de batalla. Cambiaremos el limón afectado por otro, y
seguimos observando una y otra vez. Si el tema se repite y se repite, pues
insistimos, siempre, claro, poniendo los medios para que el lugar esté aireado,
seco, limpio y demás a nivel material. Cuantas más veces haya que cambiar el limón,
más riesgo, ya sabes cómo va, tu eres listo.
·
Paso tres: A las armas.
Pongamos que has cambiado el limón como tres veces o más, y no hay
forma de que se seque limpio. Ahí hay que agarrar de nuevo nuestro limón y
acribillarlo a clavos y alfileres de hierro, preferentemente, y si están
roñosos de hierro, pues mejor. Y los dejas en las piezas donde sea necesario,
las que realmente presenten incidencia. El resto de habitaciones seguimos
limpiando con limón, que siempre viene bien y ya está. Y seguiremos observando
lo que pasa. Igual te digo, lector, que hay que tomar siempre a Black Phillip
por los cuernos, o sea, mete mano también al problema personal que esté
fastidiando en la familia. Pero claro, juegas con ventaja sabiendo qué quiere y
qué no el Gran Maligno, no le entres al trapo y le des golosinas. Habla bien,
no discutas, sé amoroso con los miembros de tu familia, piensa que pueden estar
tomados por el bicho. No enfrentes peleas, dialoga. Si no puedes, no grites,
déjalo estar. Sólo genera un buen
ambiente, ríe, hazle recordar al miembro que da el conflicto que ese lugar lo
formó por amor y ahí y solo ahí se lo quiere. Que haya el mejor ambiente,
recuerden películas, momentos dichosos que a todos le hicieron reír, y rían. No
hay mejor exorcismo ni mejor sahumerio expulsador que una carcajada a tiempo en
toda la cara del vampiro. Si la cosa está más fea que todo esto...pues agárrense
que tomamos curvas, y esperen otro artículo, no abusen, que estoy griposa.
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