Bienvenida

Mi verdad es sólo mía. Toma mis experiencias si así gustas, pero guíate por las tuyas, porque el Camino lo caminas solo. Se tu propio guía.


















domingo, 4 de junio de 2017

Mi limón, mi limonero, entero me gusta más

Viste esas rachas de mierda que caen en las casas de golpe que uno dice: ¿pero qué maldición es esta, qué ha pasado , si estábamos todos bien hace un mes?. Bueno, pues a veces son producto de la casual causalidad de elecciones conjuntas y separadas, que de repente, inciden todas juntas como manifestación feminista y ya está. Pero, en ocasiones, hay algo que, al menos, ayuda y disfruta de ello y se regodea en empeorarlo. Anda, pregunta...
-¿Y cómo lo sé?
Ahí te estaba esperando yo, lector. Vamos a aprender una forma sencilla y barata de determinar y limpiar si hay algo en casa que no vemos, que esté contribuyendo a que todo salga para el culo. Es muy sencillo:
·         Paso uno: Determinar posibles causas físicas naturales que ayuden al vampiro energético.
 O sea, detectar humedades, rincones sucios, con cúmulos de cosas guardadas sin mover hace tiempo. Es muy importante no dejar estancar la energía mucho tiempo. Ni guardar cosas inútiles. A ver, el artista plástico del fondo que se calle, que le estoy oyendo protestar. Una cosa es tener un taller y guardar cosas que después usaremos para nuestro arte, hierritos, tuercas, tarros, maderas y demás, siempre y cuando estén guardadas con orden y concierto y además, las vayamos renovando y moviendo, y otra, tener el tiradero cual síndrome de Diógenes. Eso no ¿OK?. Bueno, eso controlado y está bien. Revisemos los armarios, y toda prenda que no hayamos usado en pongamos, un año, démosle otro fin. Regalémosla o hagamos trapos. Los recuerdos familiares y otras nostalgias, obviamente, estarán exentas de este trato, no seamos inhumanos tampoco, sin pasarse. La gran limpieza de primavera, más allá de saludable a nivel físico, tiene un gran sentido mágico, y no digamos la gran hoguera de San Juan, donde se quemaban los trastos inservibles, antes de que se inventasen esas carísimas fallas los valencianos. Pero ese es otro tema, no nos desviemos.
La humedad es un tema realmente delicado, ya que es un perfecto caldo de cultivo para la existencia de hongos, y ya hablamos de ellos en un artículo anterior. Son los pequeños Renfield de Drácula, los servidores del Gran Maligno que se esconde en tu rincón de mugre fría y húmeda. Es importante saber en qué puntos de casa hay y mantenerlos a raya, limpiar seguido con lejía y no dejar cerca cosas que incidan en la retención del vapor de agua. Son lugares donde debe estar bien aireado y con fácil acceso de mantenimiento, o la lucha será más complicada, imagina estar armando la gran revolución, saber que tienes un espía y no fusilarlo. Pues no va.
·         Paso dos: Detección de Renfields.
Para ello nos serviremos de nuestro gran aliado, el limón. Sí, esos gordos, fragantes y amarillos, de piel bien gorda. Tomaremos uno por cada pieza de la casa, y los situaremos bajo las camas en caso de los dormitorios, y en rincones donde ni se vean ni los toque nadie. En caso de que la cama sea baja, lo más cerca posible de la cabeza de la persona que allí duerma. Si te los toca el gato, no pasa nada, pero reubícalos si los mueve. Los dejaremos ahí unos diez días y los dejamos actuar. Pasado ese tiempo, los iremos revisando. Si van secando sin manchas, todo bien, que se queden ahí hasta que se pongan como una piedra, luego los cambiaremos. En este caso, el limón se ha limitado a limpiar de bacterias el ambiente y no pasa nada. Pero en caso de que esté formando hongos, ya es otro cantar. Cuanto más verde y rápido sea el crecimiento, más posibilidades tendremos de estar alojando un Gran Maligno. Ya sabes, a más Renfields, pues más nivelazo de hijoputez tendrá tu Gran Maligno. Esto es así. Así que tenemos campo de batalla. Cambiaremos el limón afectado por otro, y seguimos observando una y otra vez. Si el tema se repite y se repite, pues insistimos, siempre, claro, poniendo los medios para que el lugar esté aireado, seco, limpio y demás a nivel material. Cuantas más veces haya que cambiar el limón, más riesgo, ya sabes cómo va, tu eres listo.
·         Paso tres:  A las armas.

Pongamos que has cambiado el limón como tres veces o más, y no hay forma de que se seque limpio. Ahí hay que agarrar de nuevo nuestro limón y acribillarlo a clavos y alfileres de hierro, preferentemente, y si están roñosos de hierro, pues mejor. Y los dejas en las piezas donde sea necesario, las que realmente presenten incidencia. El resto de habitaciones seguimos limpiando con limón, que siempre viene bien y ya está. Y seguiremos observando lo que pasa. Igual te digo, lector, que hay que tomar siempre a Black Phillip por los cuernos, o sea, mete mano también al problema personal que esté fastidiando en la familia. Pero claro, juegas con ventaja sabiendo qué quiere y qué no el Gran Maligno, no le entres al trapo y le des golosinas. Habla bien, no discutas, sé amoroso con los miembros de tu familia, piensa que pueden estar tomados por el bicho. No enfrentes peleas, dialoga. Si no puedes, no grites, déjalo estar.  Sólo genera un buen ambiente, ríe, hazle recordar al miembro que da el conflicto que ese lugar lo formó por amor y ahí y solo ahí se lo quiere. Que haya el mejor ambiente, recuerden películas, momentos dichosos que a todos le hicieron reír, y rían. No hay mejor exorcismo ni mejor sahumerio expulsador que una carcajada a tiempo en toda la cara del vampiro. Si la cosa está más fea que todo esto...pues agárrense que tomamos curvas, y esperen otro artículo, no abusen, que estoy griposa.

domingo, 9 de abril de 2017

De enteógenos, monjas pagano-voladoras y la pureza de la raza

Como seguramente habrás ya visto en algún sitio de internet en tus incursiones de ávido aprendiz de brujería, mi caro lector, hay cierto tipo de administradores de foro, autores de blog y similares en este nuestro mundillo brujeril que se manejan de una forma, como mínimo, muy particular, en distintas variedades:
La Copyright-witch: Todo lo que pongo, es mío, sólo mío y nada más que mío, y si lo copias, te pongo dos velas negras por donde nunca te da el sol, y agárrate Catalina como cuestiones algo.
La Mamápollo witch: Que toda la vida de nuestro señor Odín te tratará como si tuvieras dos años, y con la excusa de protegerte, nunca te dirá ni toda la verdad, ni te dejará crecer por tu cuenta, ni te dará bibliografía. Toda la información te la pasará cribada, lavada, centrifugada, tendida y pasada por su mano, y ni se te ocurra protestar, porque vuela la chancla.
La Select secrets witch: La que te dice: Este conocimiento es para mi grupo de amiguísimas selectas, que yo decido quién,  cómo, cuándo y en qué forma podrá adquirir el título de Megabruja Capaz Titulada. Y nadie, absolutamente nadie entra y sale de este círculo por la gloria de mi mano de Gloria. Faltaría más.
Y luego tenemos la Compendium Witch: Que viene siendo la que reúne en su sola persona todas las categorías anteriores. O sea, hágase por el poder de mi voluntad el convento pagano., del que nadie sale, que entrará quien yo diga, aprenderá lo que yo decido y sobre todo todísimo, habrá de cantar mis alabanzas a modo de penitente salmodia, mientras no haces más nada que vivir para nuestro grupo de WhatsApp, que tendrá como mínimo 800 mensajes diarios en los que quedarán recogidos todos y cada uno de los llantos de Nuestra Señora de las Cuitas Múltiples y sus más queridas y cercanas novicias, amadas y dejadas por sus ya no tan pacientes novios/esposos, hasta las bolitas de aguantar tánta desatención de sus masculinas personas en pro de la única fe de sus ¿damas?. Ay, me estoy perdiendo...
Y aquí, obviamente, caro lector, que si te quiero es porque eres un jodido cuestionador y desobediente, te preguntas ¿en qué momento del día practican la magia estas egregias y solemnes brujas? Porque (aquí sacas tu Casio científica de la secundaria)  calculas el tiempo que se lleva cada uno de los 800 mensajes de W.App, más el tiempo de posteo del foro, el artículo del blog y sus debates posteriores, los ratitos de ir al baño y comer y -oh dolor, oh campos de soledad- te salen faltando 2 minutos de las 24 horas del santo día ¿¿¿???.  Claro, no lo entiendes. Yo tampoco, francamente.
Piénsalo:  La brujería lleva ciertamente una dedicación plena, claro, pero sin desatender la vida diaria, ni a tu marido ni a tu gato. Tu marido, tu casa, tu gato, forman parte de tu vida, esa vida que vives mágicamente, desde que te levantas hasta que te acuestas. La forma en que revuelves tu café es magia, y no necesitas contarle a tu magister y acólitas cada gas que se te escapa. Eso no es vivir mágicamente, es permitir que la magia mal entendida por el ego, también muy mal entendido de tu magister te viva a tí, consumiéndote la energía.  Esa energía que necesitas para salir a identificar hierbas, para secarlas y procesarlas, para usarlas en quien necesite curarse o para ayudarte en tus primeros vuelos o lo que sea productivo para ti, no para levantar el ego de alguien que ya bastante crecido lo tiene como para afirmar sandeces como que hay que ser de "pura raza española para llegar a Volar". Y aquí ya tocamos hueso en la poca chicha que ya venía teniendo este asado. Atención, caro lector, aquí va tu pie:
¿Qué es exactamente Volar? Buena pregunta hijo mío.
Explicado corto y sintético, un vuelo es el resultado de una serie de prácticas de ritos chamánicos, esto es, inducciones de estados alterados de conciencia, véase mediante el uso de sustancias psicoactivas, enteógenas y/o hipnóticas, cantos y danzas rítmicamente repetidas, autoflagelaciones, meditaciones, etc, etc. (Aquí tienes pie, lector, te dejo preguntar):
Pero esto no lo hacen sólo los chamanes o sacerdotes de Europa ¿o sí?. Chico listo, no, la respuesta es no.
Desde los tiempos de Maricastaña, que para ubicarte bien podríamos situarlos entre el 2500 a.c. (Sí, antes de Yisuscraist), ya varias civilizaciones repartidas en todo el mundo -sí, hombre TODO EL MUNDO- han venido haciendo uso de estas diferentes técnicas de inducción al vuelo, desde los chamanes de la tundra siberiana, griegos, egipcios primitivos, olmecas, chavines, mayas, aztecas, paracas...¡¡ Anda, qué de civilizaciones sudacas estás mencionando tía Moon!!, creía que los sudacas no volábamos...hay que joderse...
Bien, que sí, que hay que estar muy fumado de cucumelos o ser muy, pero que muy ignorante para largar una afirmación tan imbécil como que el vuelo es Made in Spain. Ni que el vuelo fuera la fregona, o el Cerco tenga puesta frontera en Gibraltar, como diría mi amigo Juanito.
Y ni hablar de los animales del Cerco: ¿Por qué sólo serpientes, cuervos, sapos...? Si descartamos que volar no es exclusivo de las europas, déjame decirte que un jaguar, un puma o un quetzal son tan buenos o más para conectarte con los mundos como los otros, es cuestión de afinidad cultural. Nada más ni nada menos. Pregunta, anda, que te veo la cara, lector.
¿Y la pisada de la bruja y su cruce de los mundos? Muy buena pregunta amigo. Tampoco tienen la exclusiva las pagano monjas.
Desde los amados vikingos, esos nobles hombretones rubio-altísimos y su concepción cosmogónica del árbol Ygdrassil  (una pisada de bruja como la copa de un pino), cuyas ramas llegaban al Arriba, al Asgard, hogar de los dioses, conectando el Intermedio donde viven los mortales y cuyas raíces llegaban al Inframundo, y cuyas dos aspas cardinales llevaban a los otros seis mundos, al Merkabah hebreo, que ya es el desarrollo tridimensional de una pisada, definido por el esoterismo moderno como vehículo interdimensional isométrico ( o sea, en castellano llano, para moverse entre los mundos, más claro échale agua), pasando por la concepción de las culturas mesoamericanas del axis mundi (arriba, tierra, inframundo, o sea, el stang de toda la vida entrelazado por la cruz cardinal, y hala, ya tenemos también una pisada).

O sea, que de copyright europeo y exclusivo, nada de nada.Y es que la cosa se resume en una simple frase: Donde crece la mandrágora, no llega el wi-fi.

sábado, 4 de febrero de 2017

DE MALDICIONES GENERACIONALES Y DEMÁS, TOMA DOS

Nos habíamos quedado en el soplido del Gran Vampiro. Pues es que es tal cual. El tipo se le cuelga al afectado de la chepa, y ya no lo suelta. Le pega la boca a la oreja y le susurra, cual domador de caballos, para que el infeliz crea que lo está pensando él todo, que es idea suya. Sí, es así, porque la voz de estos cabrones resuena como desde dentro, si el afectado está muy tomado. Y por más que algunos son grandes como torres del homenaje, pues como son de otro plano, no se nota que los lleves pegados. Así van todo el tiempo sugiriendo cómo mejor hacer la puñeta en casa a sus habitantes al portador. Aquí cada uno imagine lo que más le moleste. En mi caso, lo más molesto es que me intenten coartar la libertad y/o pidan explicaciones por cada micro decisión que tomo. Ahí yo pierdo los papeles y me pongo hecha un dragón hambriento. Listo, ya hay guerra. Y con ella lo que viene detrás: no te quedas en casa más que lo justo, vas a trabajar cansada, vuelves más cansada aún, más guerra, poco dormir, más guerra...así un día y otro. Hay casos aún peores, sobre todo, cuando el familiar no afectado para colmo no tiene donde ir, porque es un niño o no tiene trabajo ni dinero para irse, o le lavaron tanto el cerebro que el temor no los deja moverse. Ahí suelen producirse muchos intentos de suicidio. Me constan varios casos que obviamente por respeto a ellos, no mencionaré de Madame Muerte por Propia Mano. Es la misma Señora Oscura de siempre, pero vestida de ti. Da para un cuento de terror, tal vez algún día yo misma lo escriba, por ahora, demasiada controversia para un mismo artículo, lo dejamos para otro, que encima hay mucha tela que cortar.
El caso es que se llega al punto de la segunda parte del título: ¿Lucho o me rindo?. Rendirse es envejecer así, dejando las cosas estar, cediendo a todo por evitar la guerra hasta que el vampiro tenga a bien soltar al portador inicial...y tomarte a ti-sí, a ti, desgraciadillo- ¿qué te pensabas, que el cuento tenía final feliz porque te rendías? ¿pensaste que se acababa con la muerte del portador inicial y ya te quedabas feliz?. Pues va a ser que no. El Gran Vampiro necesita otro huésped, y serás tú, perdedor susceptible a ello y se te comerá en soledad o acribillará a través de ti al que quede en casa.
Así que ya ves, no te queda más que luchar, lo lamento, es la triste vida que te tocó vivir, espada en mano hasta que te lleve la Dama Oscura, pero de pie, no de rodillas ¿estamos?. 
Y ahora me preguntas cómo. Pues no es fácil, para qué nos engañamos. Porque lo más efectivo que puedes hacer es a la vez sencillo-no requiere materiales caros ni complejos rituales-pero en estas circunstancias, es difícil: ser fuerte, alegre y feliz. Lo que lees, amigo. No darle de comer su golosina, que es tu pena, tu dolor, tu mala leche.
La batalla comenzaría así: Una vez localizado el bicho-de un modo u otro, lo sentiste- como mejor te sirvan tus capacidades, sabrás en algún momento donde está. Ahí, en el último rincón de tu casa, en ese que no revuelves mucho para limpiar porque lo tienes lleno de trastos o lo mueves poco, ahí se alojan normalmente cuando duerme el portador, al acecho de los otros habitantes. Sentirás su presencia, lo escucharás respirar o el aliento gélido cerca de ti, como una corriente que pasa por tu oreja, tentándote, poniendo a prueba si lo oyes, si lo sientes y cómo. No ignores eso, si eres consciente de que está y te está tanteando, no entrará. Lo hará cuando bajes la guardia si ignoras el hecho, es como invitarlo si lo haces. Entonces, cuando esté bien cerca, encáralo. Míralo fijo-no importa si lo ves o no- sólo encáralo con cara de mala hostia, con determinación y con todo el valor de que seas capaz, sonríe e insúltalo con tus peores imprecaciones, ponle un nombre absolutamente ridículo para dirigirte a él, fáltale el respeto, es más, nunca se lo tengas, maltrátalo, mándalo a la mierda, a la concha de su madre si la conoció, lo peor que se te ocurra y si te da el carácter-y más vale que te dé- a los gritos. Dile que no podrá contigo y que en tu espacio no lo quieres, que ahora vas a bailar y a ser feliz, para que se joda. Y hazlo, por favor, ponte música, canta, baila y ríe como si no hubiera un mañana y se irá a otro lado. No es que lo exorcices del todo, pero aprenderá a respetarte e irás ganando tiempo y valor.  Se debilitan si no cedes energía de tristeza y dolor. A veces en muy difícil, lo sé, pero no queda otra.
La segunda cosa que funciona es no pensar en él más que para no dejarlo entrar. Eso también es un complejo equilibrio, pero hay que encontrarlo y créeme, se puede. Si eres infeliz en ese lugar, elabora planes de huida, por locos e imposibles que te parezcan, da igual, tú hazlos. Escribe en un cuadernito Plan A, B, C...todos los que se te ocurran. Cómo, qué necesitarías, cómo obtenerlo, procedimiento, armas, materiales, ayudas de amigos, todo anotas y todo cabo suelto intenta atarlo, como si fueras un escritor de novela negra que quiere ser creíble. Algún plan puede sorprenderte siendo viable, ¿por qué no?, pues sorpresa, hazlo y lárgate. Si no, sigue elaborando los que tengas, perfecciónalos y mantente distraído con ellos. No pensarás en tu maldito bicho, no comerá y lo que es mejor, tampoco te importará tanto que te torture el portador, tú tienes un puto plan que te hace feliz y te sacará de ahí. Sí, porque con el tiempo, creerás en tu plan y te regodearás en la idea de huir, te dirás para ti: Está bien, molesta lo que quieras, a mí me resbala, ya me estoy yendo, tan, pero tan convencido, que explotarán de rabia vampiro y portador, y quedarás libre internamente.

A veces la solución material del hecho se prolonga, sobre todo, porque si el portador está en mal estado de salud, ni tiene caso intentar hablar con el de que cambie o intentar salvarlo de alguna forma. Es triste, pero una vez muy deteriorada la persona, suele morir. Y a veces deja el sabor amargo de la culpa, porque uno siempre quiere intentar salvar a sus seres queridos, pero no siempre es viable y hay que optar por el Equilibrio, aunque duela: el mal menor. Que se lleve lo perdido y salvar lo que aún puede ser salvado. ¿Dura? No, realista. Bruja curtida en batallas terribles sabe lo que son daños colaterales mejor que el mariscal Rommel. Cuando ya no te importa que te molesten, no te molestan, no comen, y sueltan la presa. La primera, que ya estaba tan débil que era mantenida simplemente para portar al Vampiro, suele perecer en este punto. Y es crucial que el resto esté fuerte para no alojarlo. Si lo estás, se irá muy cabreado, de algún modo, sentirás su furia cuando se marche, un estruendo de portazos, un insulto espeluznante en tu oído cuando te marches a la cama. Y sabrás que eres libre...