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Mi verdad es sólo mía. Toma mis experiencias si así gustas, pero guíate por las tuyas, porque el Camino lo caminas solo. Se tu propio guía.


















miércoles, 2 de septiembre de 2015

"De macrobios y otros bichos asquerosos"

Aunque seas ya una bruja con todas las letras, de cierta edad y con mucha experiencia, nunca dejas de ser humana. Y claro está, tu humanidad te hace susceptible a tener emociones, buenas y malas. Gracias a la dualidad, podemos percibir la belleza, la luz y la bondad. Por tanto, hay que aguantar también lo que trae el otro lado: tristeza, fealdad, enojos. Hasta aquí no os cuento nada nuevo, todos lo sabéis, no hace falta ser bruja. Lo que como brujas, no podemos olvidar es que existen entidades que se alimentan del lado oscuro de nuestros sentimientos, y no bajar la guardia.
Estas entidades se pueden manifestar de formas muy diferentes y sobre todo, son muy sutiles. Con los años, aprendes a mantenerlas alejadas de tu casa. Pero a veces, sales de ahí y te metes en lugares plagados de estos bichejos, y, si no estás atenta, alguno se irá contigo a casa y te meterá en algún drama. Y son listos los condenados, muy listos. Aprovechan cualquier dato, el más mínimo resquicio de irritación, para magnificarla. De forma que algo que, en momento normal, hubiera sido apenas un mínimo escozor, resuelto con una broma y a seguir, se convierte en un exabrupto que arrastra consigo los viejos recuerdos y resquemores que le tengas a la persona o situación, consiguiendo que te pelees con tu pareja o con un viejo amigo, o con tu jefe, o te tires en la cama con una depresión de caballo, por poner algunos ejemplos.
¿Cómo saber si una emoción es mía y totalmente mía, o me lo induce una entidad para hacerme desdichada y conmigo, a los que me rodean? Es complejo, porque todo empieza con un motivo real. Lo que no es real es la dimensión de tu reacción frente al hecho. Si la magnitud de tu explosión de llanto, o enfado es excesivo, ahí está el bicho. Como bruja debería llamarlos "bajos astrales, entidades..." pero personalmente, los llamo macrobios. Porque para eso soy Solitaria del Cerco y hago lo que me da la gana, incluso, bautizar a mis bichos como me place. Tú llama a los tuyos como gustes.
Conseguí ayer echar a la calle al que se me pegó el otro día, en casa de una pobre mujer, atormentada hasta la locura por decenas de ellos. Algunos, los detecté. A este hijo de madre no, y se me pegó. Se van fácil, sólo hay que darse cuenta y bajar los niveles de pena y enfado. Nunca está de más un bonito sahumerio. Lo pasas por toda la casa con tu mejor cara de culo y lo mandas al carajo. El tema es darse cuenta a tiempo y no permitir que se hagan fuertes. Porque fuertes te destruyen. No se lo permitas.